Las personas mentimos por diferentes motivos, no existe una causa única, ni una sola manera de hacerlo, por eso es tan difícil pillar una mentira.
Algunos expertos dicen que las mentiras son el pegamento de las relaciones humanas, que, si no existieran en nuestras vidas, podría ocurrir una serie de desavenencias y conflictos dentro de los núcleos familiares o entre amigos.
Incluso en muchas sociedades se encuentra normalizado el uso frecuente de las mentiras, es parte del quehacer común y muchas veces son imprescindibles para mantener la armonía familiar o de la sociedad en general.
Como por ejemplo cuando una madre oculta a su hijo su malestar o inconformidad por alguna situación externa, para proteger el bienestar de su hijo, mostrando una sonrisa amplia y generosa para la tranquilidad del mismo.
O cuando algún familiar enferma y nos tenemos que mantener callados sobre la situación exacta y las consecuencias de la enfermedad para no ocasionarles un mayor dolor.
Lo que nos viene a la mente las siguientes preguntas: ¿están justificadas las mentiras, cuando es conveniente mentir u ocultar información relevante para la salud o bienestar de alguien o de un grupo de convivencia?
Esta situación es conflictiva desde sus estructuras, y resulta complicado responder con certeza, pienso que, para el buen equilibrio de nuestras relaciones personales, profesionales y familiares, es muy importante mantener una coherencia el mayor tiempo posible y en la mayoría de las situaciones para cuidar nuestra salud mental y de las personas que nos rodean. Es decir, procurar vivir de manera honesta y en la medida de lo posible actuar con franqueza, acorde con nuestros sentimientos, nuestros pensamientos, nuestros ideales, y sobretodo ser asertivos la mayor parte de nuestras vidas, de esta manera gozar de un buen equilibrio emocional, corporal y espiritual.
En nuestro caso, para mejorar nuestro proceso de selección de personal, si que nos interesa identificar mentiras y/o oculta miento de información que sea relevante para los intereses comunes tanto del empleador como del empleado.
A continuación, pondremos una lista de las posibles causas que originan que una persona llegue a formular una mentira:
- Para ocultar información de interés
- Por evitar dar explicaciones a un tema en concreto
- Por piedad (mentiras piadosas y evitar hacer daño a alguien)
- Para ocultar nuestros errores
- Para ganar en imagen
- Para engañar a otra persona y obtener un beneficio a cambio
- Por diversión
- Por costumbre
- Por ocultar una infidelidad
- Para conseguir un empleo, con más experiencia y/o cualificación de la que tienen.
Se nos pueden ocurrir estas y muchas cosas más, pero el meollo del asunto, no es tanto por qué lo hacen, o las motivaciones para hacerlo, lo interesante es identificar cuando lo están haciendo.
Ante este planteamiento, nos atrevemos a afirmar que, si es posible pillar una mentira, y lo podemos hacer sirviéndonos de numerosas técnicas de investigación, tanto de corte psicológico, como social, que pueden servir como una herramienta supletoria del polígrafo (detector de mentiras) para saber cuándo nos están mintiendo y cuando nos dicen la verdad.
A lo largo de este blog, vamos a ir dando píldoras informativas de cómo detectar la mentira, ya sea para que sea aplicada al momento de realizar una entrevista de trabajo, cuando queremos contratar a un (a) colaborador (a), cuando elegimos una pareja en una relación, o simplemente en una situación cotidiana de la vida.
Mi experiencia de varios años, como Psicóloga Laboral y Poligrafista, entrevistando a candidatos (as) para diferentes puestos de trabajo me han permitido desarrollar ese “olfato” de detectora de mentiras y del engaño para prevenir una contratación dudosa de personal y sobretodo crear puentes de confianza y mejorar las relaciones laborales dentro de un entorno de trabajo.